Artículo publicado en la revista municipal El Garric de septiembre 2019

Lo dijimos en el Pleno Municipal de julio donde presentamos un ruego para que se nos informara sobre el título de este artículo. Porque Can Luna es una pesadilla, lo de Can Luna no se sostiene y porque ese silencio sobre el estado de las obras empieza a oler mal.

Volvemos de las vacaciones y nos encontramos que la sala polivalente no se puede utilizar porque quedan “pequeñas cosas que ir finalizando”.

Can Luna es propiedad municipal desde el año 2013. Cuando se decide que se empezará haciendo una sala polivalente se hace una primera licitación de las obras el 15 de enero de 2018 que queda desierta, no se presentó nadie. El Gobierno Municipal encabezado entonces por la Sra. Budó opta por licitar bajo procedimiento negociado sin publicidad el 12 de febrero de 2018. Se invita a 8 empresas para que presenten oferta por el proyecto de la sala polivalente con un presupuesto máximo de 696.644.10 € (IVA incluido). Solo presenta propuesta el actual licitador de las obras. La licitación explica claramente que la obra tiene un plazo de ejecución de 10 meses. Las obras empiezan a finales de mayo del año pasado. En enero de este año ya se va anunciando que las obras están a punto de acabar. El partido Junts per la Garriga lo vende como hecho en su publicidad electoral. La realidad es que desde marzo de 2019 no hay ninguna novedad en la web hecha ad hoc para el seguimiento de las obras. Las obras no están acabadas y lo más escandaloso a nuestro parecer no es ya que nos informara el gobierno actual que a finales de año ya se podrá disponer de Can Luna  sino que no haya climatización. ¡Un proyecto de cerca de 700.000 € no ha tenido en cuenta la climatización de la sala! Eso significa que en el presupuesto de 2020 habrá que incluir una partida para la compra de la climatización de Can Luna a menos que queramos helarnos de frío o freírnos de calor dependiendo la estación del año.

Un disparate todo que vuelve a demostrar lo mal que se han hecho casi todas las obras emprendidas la legislatura pasada, donde la inmensa mayoría no ha cumplido el plazo del contrato, donde las empresas adjudicatarias se han ido de rositas pese al incumplimiento. Can Luna, el último ejemplo: de 10 meses previstos a 18…y sin climatización.